Me mandaron por correo electrónico el siguiente párrafo, lo publicó con unas cuantas correcciones pero no por su carácter político, sino para reflexionar sobre la profesión estudiada y el empleo que conseguimos en la realidad.
Un ministro de seguridad que es economista, un abogado como ministro de economía, un ministro de educación que NO SABE nada de educación. Un ministro de trabajo que de seguro reprobaría la PAES, una ministra de salud que pasa dos tercios del día dormida, un vice-ministro de transporte que siendo profesor nunca ejerció, un ministro de obras publicas que es contador.
No menciona que los 2 últimos presidentes tienen una gran experiencia en los medios de comunicación masivos, pero si no me equivóco sus títulos siguen siendo de bachiller, si así está el Estado como estará el paíz. Por nadie es desconocido que muchos de los puestos se dan por compadrazgos o por confianza a la persona que cumplirá con la responsabilidad asignada. No crítico ese hecho muy simplista, porque no sabemos los otros estudios realizado por cada una de las personas, desde cursos de unas horas, diplomados, maestrías o postgrado, ni tampoco sabemos la experiencia empresarial adquirida por cada uno de ellos. Lo importante es resaltar capacidad de pensar y resolver problemas en las áreas que conocemos mejor, es por eso que hay un periodo para aprender de todo, aunque mucho de ese conocimiento nunca lo volveremos a utilizar, pero por lo menos nos ayuda a desarrollar nuestro cerebro y poder asociar ideas de áreas completamente diferentes, y otros periodos para especializarnos en el área en la que nos desenvolvemos actualmente, por lo que considero que por lo menos debemos dominar nuestra área afin o de nuestra profesión, el manejo efectivo de las finanzas, el mercadeo o ventas y las tecnologías que beneficien el sector donde estamos ubicados.
