La adversidad es una maestra dolorosa. ¿Quién no ha sentido su aguijón? Puede ser la congoja por un infeliz empleo o el desánimo el perder el trabajo. De repente pudiera reducir la condición de uno, forzándolo a vender su casa, o haciéndolo comenzar desde cero otra vez en otra ocupación que no tiene mucha pasión ni emociones. Aun peor, la adversidad puede significar el tener que formar una cola para anotarse en la lista de desempleados.
En el sur de California, la industria del espacio suministro una vez «la vida» (trabajo) a millares de personas. Como estaba la Luna y una media docena de planetas por explorar; como había que construir plataformas para lanzamientos espaciales; como aparentemente había una interminable provisión de fondos federales y un número siempre creciente de contratos del gobierno; parecía como si estuviéramos en un sueño abriéndonos camino hacia un milenio económico. El sueño, sin embargo, se convirtió en una pesadilla.
Casi de la noche a la mañana, los proyectos espaciales se colocaron en los anaqueles. Se retiraron los contratos. Las comunicaciones de despido reemplazaron a las órdenes de trabajo.

Fueron despedidos hasta ejecutivos, algunos de los cuales tenían más de 20 años de servicio. No era raro ver a doctores en filosofía vendiendo gasolina o limpiando y arreglando prados. Hombres y mujeres, altamente educados y capacitados de manera única, de repente se hallaron rebajados en rango y desilusionados. Les había llegado de nuevo la adversidad. Como un cáncer, su invasión despojadora le robó a la víctima toda motivación y esperanza. Algunos de los que pasamos por esos terribles días nunca los olvidaremos.
Pero hay una prueba aun peor que la adversidad: el progreso. ¡Esto suena absurdo, pero es verdad! Thomas Carlyle, el ensayista escocés e historiador, dijo una vez:
«La adversidad es dura para el hombre; pero por cada hombre que puede soportar la prosperidad, hay un centenar que soportará la adversidad.»
Fuente: «Pásame Otro Ladrillo»
Abrahan Lincoln lo Confirma

El problema de soportar la adversidad es hay muchos que no lo ven como una prueba y se desmoronan. Y el progreso, es un camino que por si hay que seguir. Aunque tambien existe la renuencia al cambio.