Ser visionario, tomar la iniciativa y perseverar—que se complementan para forjar un camino hacia el logro personal y espiritual:
- Ser visionario: esta cualidad se alinea con la tener convicción de lo que no se ve en este momento y certeza en lo que se espera.
- La visión activa la corteza prefrontal, permitiendo planificar y visualizar metas futuras, con la dopamina impulsando la motivación.
- Ser visionario implica usar la capacidad cerebral para imaginar posibilidades y fijar en la fe para dar dirección divina a nuestros objetivos.
- Tomar la iniciativa: Exhorta a que brille la luz de cada uno, y ejemplifica con valentía tu acción.
- Accionar activa el núcleo accumbens, liberando dopamina que refuerza la proactividad y reduce el miedo regulado por la amígdala.
- Tomar la iniciativa requiere un impulso neuronal para superar la inercia y un coraje espiritual para actuar según un propósito mayor, confiando en la guía divina.
- Perseverar: La paciencia completa tu obra, persevera a pesar de las pruebas, confiando en la fortaleza del Creador.
- La perseverancia fortalece la plasticidad cerebral, con el córtex cingulado anterior regulando el control emocional ante fracasos.
- Perseverar es un proceso de adaptación cerebral al aprendizaje y una expresión de fe inquebrantable, permitiendo superar obstáculos con resiliencia y esperanza.
